A pesar de los esfuerzos de los padres, los niños suelen rechazar los alimentos nuevos, especialmente los alimentos saludables, como el brócoli y los tomates. Sin embargo, ten la seguridad de que la alimentación selectiva es una etapa común de la infancia. La mayoría de los gustos de los niños evolucionan; y con el tiempo, superan este comportamiento selectivo.
Pero ¿cuándo la alimentación selectiva es más que solo una etapa? Meghan Feehan, Psy.D., doctora en Psicología y gerente de Servicios Clínicos en Atlantic Health System, explica cómo un diagnóstico clínico relativamente nuevo conocido como “ARFID” (trastorno de alimentación selectiva/restrictiva) afecta a niños y adolescentes.
“Si un niño tiene una aversión extrema a probar nuevos alimentos y sus alimentos preferidos son sumamente limitados, puede sufrir un descenso de peso y carencias nutricionales que frenan su crecimiento y desarrollo cerebral”.
Más que selectividad alimentaria
Entonces, ¿qué es exactamente el ARFID? Según la Dra. Feehan, el ARFID puede presentarse de tres maneras diferentes.
- Personas que presentan falta de interés y dudan en probar nuevos alimentos o simplemente no les resulta agradable comer.
- Personas altamente selectivas que reaccionan de manera adversa a las texturas, los olores y los sabores de los alimentos.
- Personas que tienen miedo de comer y creen que los alimentos desencadenan enfermedades, asfixia, náuseas o alergias.
“Hay mucha superposición entre estos tres conceptos, pero los tres tienen en común el factor de la ansiedad”, explica la Dra. Feehan. “Para algunos niños, probar una comida nueva es abrumador; y genera estrés y miedo. Por lo tanto, han aprendido a evitar la mayoría de los alimentos; y este ciclo de evitación no se detiene”.
Signos de que tu hijo podría tener ARFID
La Dra. Feehan advierte que, a veces, los padres no detectan los signos cuando la selectividad alimentaria ha llegado demasiado lejos. Si un niño no puede ir a restaurantes, cenar en la casa de un amigo o asistir a una fiesta de cumpleaños sin sentirse socialmente impedido o ansioso, es hora de hablar con un médico. A continuación, se presentan algunos otros signos de advertencia:
- Tu hijo come menos de 20 alimentos, lo cual es limitante a nivel nutricional y sumamente restrictivo.
- Observas un descenso de peso notable y un crecimiento limitado en tu hijo.
- Las situaciones sociales y comer con otras personas se han convertido en una fuente de ansiedad para tu hijo.
- Las rabietas y las crisis relacionadas con la alimentación son frecuentes en las cenas familiares.
- Tu hijo suele quejarse de dolores estomacales, náuseas o problemas gastrointestinales debido a los alimentos.
Cuándo buscar ayuda
Según la Dra. Feehan, cuando los padres llegan a su consultorio, llevan tiempo lidiando con esta situación; y están listos para recibir ayuda profesional. La mayoría han intentado que su hijo participe en la compra de alimentos y la cocina; han comido en restaurantes con menús infantiles de nuggets de pollo y espagueti; han mantenido registros de alimentos para hacer un seguimiento del progreso; y han apoyado, entrenado, modelado y sustituido alimentos. Y aun así, el patrón de comportamiento continúa.
Ahí es cuando la intervención terapéutica es el siguiente gran paso.
“Atlantic Health cuenta con un programa intensivo después de la escuela diseñado para personas de 7 a 21 años de edad que enfrentan este tipo de desafíos alimentarios graves”, dice la Dra. Feehan. “Mediante una terapia cognitivo-conductual, ayudamos a que los niños tengan la confianza que necesitan para cambiar su mentalidad de alimentación restrictiva”.
Desarrollo de una relación saludable con los alimentos
“Nuestros terapeutas y nutricionistas ayudan a los niños a desarrollar patrones de alimentación regulares”, explica.
“Para el momento en que un niño deja el tratamiento, no habremos creado un aficionado a la comida que está listo para restaurantes elegantes. En cambio, habremos ayudado a ese niño a incorporar de cinco a 10 alimentos nuevos en su alimentación, lo que en última instancia ayuda a aumentar su peso y a impulsar su crecimiento.
“El programa también permite a los padres continuar trabajando en la incorporación de nuevos alimentos en casa”.
Sé proactivo en cuanto a tu salud
Para estar seguro y sano, es bueno contar con un médico de atención primaria que conozca y comprenda tu historia clínica y tus objetivos de bienestar.
